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Náuseas y vómitos en la quimioterapia: ¿qué hacer para reducirlos?

Náuseas y vómitos en la quimioterapia: ¿qué hacer para reducirlos?
Jueves, 29 de Noviembre 2018
Dos de los efectos secundarios más frecuentes de la quimioterapia suelen ser las náuseas y los vómitos. Orientar la alimentación y los hábitos alimenticios hacia aquellos que más favorecen la reducción de estos síntomas puede ser de gran ayuda durante el tiempo en que se está recibiendo el tratamiento.

Los tratamientos quimioterápicos están diseñados para atacar a las células tumorales, cuya principal característica es que se multiplican rápidamente. Actúan en la fase de división de estas células, impidiendo su multiplicación y consiguiendo así la disminución de la extensión del tumor o, en el mejor de los casos, su desaparición.

Es por este motivo que la quimioterapia suele afectar también a las células sanas que se dividen a gran velocidad, como las del tubo digestivo, las de los folículos pilosos (lugar de nacimiento del pelo) o las de la médula ósea (donde se forman las células de la sangre). Y esta afectación es precisamente la principal responsable de los efectos secundarios más frecuentes de la quimioterapia: las náuseas y los vómitos.

Las náuseas y los vómitos desaparecen rápidamente tras finalizar el tratamiento y es posible reducir sus efectos tomando algún fármaco antiemético antes de la quimioterapia o, incluso, unos días después.

Algunos pacientes pueden llegar a experimentar lo que se conoce como náuseas y vómitos anticipatorios: la llegada al hospital o la presencia de determinados olores les provoca una alta sensación de malestar por la asociación de dichos ambientes con la propia quimioterapia. En estos casos, las técnicas de relajación han demostrado ser muy útiles en la reducción de la ansiedad.

En cualquier caso, es importante aprender a controlar estos síntomas lo mejor posible, por su gran impacto negativo en la nutrición y el estado general del organismo. Orientar la alimentación y los hábitos alimenticios hacia aquellos que más favorecen la reducción de las náuseas y los vómitos puede ser de gran ayuda durante el tiempo en que se está recibiendo quimioterapia. Es aconsejable:

  • Comer despacio y masticando bien los alimentos.
  • Realizar comidas menos abundantes, pero más frecuentes (cada 2/3 horas).
  • Evitar los alimentos grasos, ácidos o muy condimentados, por su difícil digestión.
  • Tomar alimentos fríos o a temperatura ambiente por encima de los calientes; estos últimos pueden favorecer la aparición de náuseas.
  • No tomar muchos líquidos durante las comidas; preferentemente, tomarlos antes o después de las mismas.
  • Comer en un ambiente agradable y reposar sentado después de cada comida, al menos durante una hora.
  • Los alimentos que mejor tolerará el organismo serán aquellos de bajo contenido en grasa (carne de pavo y pollo, lácteos desnatados, pescados blancos) y de cocción ligera (al vapor, hervidos, al horno, microondas).
  • Es aconsejable utilizar condimentos como la canela, la menta, el hinojo, el tomillo, la albahaca o el laurel.
  • Desayunar alimentos secos (tostadas, galletas), sobre todo si se experimentan náuseas o vómitos a primera hora del día.
  • Aumentar la ingesta de líquidos fuera de las comidas y beberlos a pequeños sorbos. Por ejemplo, tomar una infusión después de la comida ayudará a realizar la digestión.

Además, este tipo de hábitos deberán complementarse con una serie de consejos básicos a implementar en la rutina diaria:

  • Evitar los olores que resulten desagradables.
  • Utilizar ropa holgada, que ejerza poca presión en el abdomen.
  • Evitar sabores desagradables, principalmente, manteniendo una buena higiene bucal: lavándose los dientes o enjuagándose la boca tras las comidas o después de experimentar un vómito, o comiendo caramelos de menta.
  • Evitar comer durante al menos las dos horas previas a la sesión de quimioterapia.
  • Si se vomita de forma repetida, es preferible ingerir líquidos (zumos, caldos, infusiones) a pequeños sorbos y, una vez comprobado que el cuerpo los tolera, comenzar a introducir purés o batidos, para, finalmente, ingerir carne o pescado.

No obstante, no todo el mundo experimenta náuseas o vómitos tras recibir quimioterapia y, en muchas ocasiones, los pacientes indican que estos síntomas son bastante tolerables, especialmente si se tiene en cuenta que existen numerosos fármacos que los reducen.

Así mismo, debe tenerse en cuenta que la aparición de náuseas o vómitos, así como de otros efectos secundarios relacionados con la quimioterapia (diarrea, pérdida de apetito, estreñimiento, etc.), no es indicativa de la evolución de la enfermedad, a pesar de que el paciente lo sienta así. El tumor puede evolucionar de manera favorable y, sin embargo, padecer síntomas asociados a la quimioterapia. Como decíamos, al finalizar el tratamiento, las molestias desaparecerán.